5 de marzo de 2014

Miércoles de ceniza

«¿Qué es, pues, esta pobreza con la que Jesús nos libera y nos enriquece? Es precisamente su modo de amarnos...

La pobreza de Cristo es la mayor riqueza: la riqueza de Jesús es su confianza ilimitada en Dios Padre, es encomendarse a Él en todo momento, buscando siempre y solamente su voluntad y su gloria. Es rico como lo es un niño que se siente amado por sus padres y los ama, sin dudar ni un instante de su amor y su ternura.» 
Papa Francisco

Comencemos este camino hacia la Pascua como camino hacia la confianza total en las manos del Padre para poder decir con Jesús a los pies de la cruz: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu»; para vivir con Él el gozo de la resurrección sabiéndonos hijos en el Hijo, para acercarnos a cada hermano y anunciarle la Buena Noticia.

«Existe el perdón del mal cometido, que Dios es más grande que nuestro pecado y nos ama gratuitamente, siempre, y que estamos hechos para la comunión y para la vida eterna.» 
Papa Francisco



Palabra de Dios
Mt 6, 1-6.16-18
“Pero tú, cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no advierta que estás ayunando. Solamente lo sabrá tu Padre, que está a solas contigo. Y Él te dará tu recompensa”.
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará.
Cuando ayunéis, no andéis cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».

Palabra del Señor.

Reflexión
Cristo, ha llegado el tiempo fuerte de la Cuaresma: que la limosna me ayude a no ambicionar riquezas, la oración me enseñe a poner en ti mi vida y mi esperanza, y el ayuno me demuestre que no sólo se vive de pan, sino de la Palabra que cada día me ofreces en tu Evangelio. ¡Ven conmigo en este nuevo caminar hacia la Pascua!




Mi pequeño compromiso
¿Cuánto me sobra que a otros les falta?
Hoy haré una pequeña renuncia, me desprenderé de algo que ya no utilice o que no tenga sentido en mi vida...
Procuraré ayudar con este gesto a alguien que lo necesite.

Pensamiento
"Renovemos frecuentemente nuestros deseos de perfección
y trabajemos por conseguirlos."

Madre Carmen del Niño Jesús

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